sábado, 14 de junio de 2008

Un nuevo paradigma educativo para nuestros sentidos

Que con solo mirar, escuchar, oler, sentir o recordar,
las cualidades de amor y paz interior se despierten



Quedan cada vez menos obras que resalten el espíritu, y por eso es necesario crearlas. Si nuestro planeta y la humanidad han de subsistir, las representaciones arquetípicas de esta época científico-tecnológica: rascacielos, computadoras, aparatos, cosméticos, moda, turismo, radio, TV, ... requieren ser transmutadas de modo que inspiren el desarrollo humano. Amor, integración, equidad, justicia, compasión y paz han de ser valores que impregnen la materialidad.

En el momento preciso en que la circunstancia o época lo requirieron, estas manifestaciones han aparecido en forma de obras de teatro, músicas, poemas, templos, laberintos, edificios. Al imaginar este tipo de obras, su creador va re-cordando aquellos valores que, plasmados en su mensaje son re-aprendidos y actualizados por la gente.

Los estímulos del mundo exterior, percibidos por los sentidos tienen la propiedad de agitar nuestros puntos de luz interior y ordenarlos.. Toda creación humana -visible o no a los ojos- puede ser un potente catalizador de transformación de conciencia. Es el momento de hacer de los objetos símbolos de paz a ser recibidos sutilmente por las personas.
No se trataré de “eliminar” nada de la materialidad creada laboriosamente hasta hoy, sino de TRANSFORMARLA a traves de procesos sostenibles de preservación planetaria.. Se fecundará entonces una semilla en nuestro interior que se convertirá en una planta realmente evolutiva.

La esencia de este proyecto es comprender que el amor es la única cualidad capaz de traer paz duradera al individuo, a la familia, a la comunidad, a las naciones y al mundo.

Se irá disolviendo entonces, paulatinamente, nuestra imaginaria separación de la divinidad, y procurando de esta forma el re-encuentro con toda la Creación.

Serán la expresión de las cualidades perfeccionadas de la materia y del espíritu.

Espiritualizar la materia y materializar el espíritu implicará desarrollar la contemplación y la compasión, y resulta imprescindible sembrar estas ideas en esta época de tanta belicosidad y fragmentación mental, pues ... como “la guerra surge en la mente de los hombres, es allí donde debemos sembrar semillas de paz”
[1]

“Habrá paz en el mundo cuando haya paz en el corazón de todas las personas”

Ing. Julio Avruj

1 UNESCO. Carta fundacional